A dónde estarás hoy



Cuánto dolor siento. Cuánta rabia. Cuánto desconsuelo. Cuánta impotencia. Dejo de ver mi teclado porque mis lágrimas me impiden verlo. Tengo mi corazón partido en mil pedazos. Y tengo literal un aparato que casualmente desde ayer mide mi ritmo cardíaco. Tendré que decirles ahora la verdad a los doctores. Y entonces tendré que decirles que me disculpen. Que este holter puede estar alterado y no levemente. Pero no me creerán. Porque tal vez lo que en él se refleje, sea la verdad cruda y dolorosa de lo que siente mi alma.





A dónde estarás hoy mariposa vagarosa, colibrí iridiscente, gavilán de mis sueños, hacia dónde habrás corrido guagua que te han visto con tu cría, hacía dónde habrán ido quienes pudieron, quienes no tenían crías en sus nidos…hacia dónde. No pude dormir. Lo sabía. Y lo saben quienes me aman. Era imposible. Me vine del incendio pero mi alma se quedó allá y entonces volé alto y desde mis sueños fui hasta allí de nuevo y te toqué bosque, te abracé aún ardiendo porque en mis sueños no puedo quemarme, aunque por ti lo haría. Desde mis sueños volé como ese diminuto dispositivo con el que podemos verte y entonces me acerqué para besarte roble, para acariciarte yarumo blanco que hoy sé que ya sos negro, te sobrevolé bajito y en un momento me detuve, caí al piso, y te vi tierra, vi cómo ardías y estaban en llamas, ya no eras Tierra eras puro Fuego.





Fuego abrazador, Fuego hermoso. Y entonces comprendí que estabas tan vivo como mi tierra, como este bosque, como estas especies que mientras casi todos ustedes duermen, ellas se avisan, se llaman, se cantan, se croan, se mandan sus últimos mensajes de amor…se coquetean desde la distancia tal vez como queriéndose decir, en otra vida nos veremos. Y entonces mi cuerpo tuvo que sacar a mi alma de allí, la llamó ligero, la recobró de pronto y juntas están hoy acá sentadas en esta silla viendo desde la distancia el reflejo de esa ciudad donde ustedes viven y oliendo la ceniza de mis amigos, ya todos se fueron, no están, cientos de ellos vuelan libres por el aire, miles descenderán nuevamente y quizá sus espíritus me den consuelo.





Debo salir. Salgo de mi cuarto. Bajo despacio para no despertar a mi cachorro. Al pequeño humano que amo tanto. Debe descansar. Porque ayer estuvo conmigo observando impotentemente cómo desaparecía ese bosque, cómo se nos iban tantas vidas. Lo siento Nicolás. Me disculparás con tus hijos y ellos con los suyos. Porque no fuimos capaces. Y ese al igual que tantos bosques de nuestra amada Antioquia desaparecen de cuenta de nuestra especie. De seres humanos. Y yo no sé Nico dónde decir que ya no quiero ser más de esta especie. Señor juez. No quiero ser más un ser humano. ¿Podría cambiarme? Denme otra especie. Porque renuncio a ser un ser humano si es que serlo incluye todo lo que hacen. Me ahogo en silencio. Porque sé que no podré. Y entonces también quedaré con esa responsabilidad que tenemos los seres humanos de lo que estamos haciendo en el planeta.





Y no quiero. MALDITA SEA NO QUIERO. No. No puedo con esa responsabilidad de la que no me siento responsable. Y entonces le pido a los dioses que vengan, que nos ayuden, que vengan pronto, que hablen con sus elementos y les susurren a sus oídos para que el Fuego cese, para que llegue al agua, para que al aire no tome nada de esta guerra, para que la Tierra se cubra con una capa bajada de otro mundo y resista. Resiste Tierra, detente Fuego, no soples viento y tú agua haz lo tuyo. Hazlo ya. Toma el control. Te doy mis lágrimas para que empieces, te doy toda el agua que soy, te la regalo para que con ella empiecen pequeñas gotitas a caer del cielo. Y así esas llamas que vi devorándose despiadadamente a ese bosque detengan su rabia.





A dónde estarás hoy guacharaca. Porque siempre que paso por tu montaña te veo saludarme en el camino. Sos mi amiga. Y quiero saber donde estás para pedirte perdón. Para acariciar tus plumas y curar tus heridas. Llama a la pareja con la que te he visto. Dile que no todos somos malos. Hay miles pensando en ustedes y llorando por ustedes. Hay millones de personas buenas en el mundo que también lamentan cada pérdida de los bosques, de los páramos, esos lugares tan poco conocidos pero tan importantes. Acércate búho. Ven con tu cría a este bosque que en él hallarás paz. Hallarás nido. Hallarás alimento.





Zarigüeyita espera. No temas. Todo estará bien. Perdiste a tu madre. Pero ella te acompañara en cada caminata nocturna que hagas. La sentirás siempre. Estará contigo. Pssss zorrito, no te escondas, ve por aquel camino. Es ese. Y lleva contigo a todos. Guíalos silencioso por entre las montañas y vayan lejos. Busquen otro lugar que no sea cercano al de los humanos. Ustedes ya saben cuáles son. Y no regresen. Quédense allá. Pero mándenos señales de que existen. Porque aún en medio de esta selva de cemento y en las periferias de las montañas vivimos seres humanos que los protegeremos y haremos cualquier cosa para que ustedes perpetúen también sus especies. Y dile eso al Puma y a los tigrillos y al Oso. Si. A ese de Anteojos.





Todo pasará. Y este incendio cuando lo logren parar será parte del olvido. De ese que seremos todos. Pero yo te veré bosque muerto y entonces sabré que todos perdimos. Un poco no. Mucho. Te perdimos y con ello la oportunidad de que tus árboles siguieran silenciosos pero felices haciendo su trabajo. Ya millones de hojitas que contribuían realizando ese misterioso y maravilloso intercambio no le ayudarán a esta ciudad para que no se caliente más. Te perdí bosque. Te perdimos para siempre y tomarán muchos años, no sé cuántos para que seas ese que conocimos. Ya no te veremos más y por eso mi alma está de luto. Mis lágrimas me ahogan y mi corazón dirá la verdad. Cuánto amo los bosques. Por lo que hacen que ustedes no saben. Por eso que son y que siempre serán pero que tantos desconocen. En los bosques me siento a salvo. En los bosques me siento en casa. En los bosques hallo la paz que la ciudad me roba. En los bosques he visto crecer a mi hijo y lo he visto crecer en la selva y en el océano y en los lugares más hermosos de este mundo.





En ti bosque he aprendido las lecciones más importantes de mi vida. En ti bosque he comprendido la importancia de la flexibilidad, de la compasión, de la conexión y hoy sé que me estas nuevamente enseñando ciertamente el de la resiliencia. Porque sé que resistirás y volverás y serás bosque en muchos años y los seres de ese entonces ni sabrán de tus sufrimientos, de tu capacidad, de tus dolores.





Amanece. Y entonces pronto te veré nuevamente y te abrazo roble para que mes la fortaleza de verte. Porque me conozco y muchos me conocen, comprenderé en esta mañana cuánto hemos perdido. Me arrodillo ante ti y te toco Tierra y te pido disculpas. Lo intenté. Te juro que cuando llamé por primera vez el martes a las 10:14 am de aquel martes, jamás pensé que pasarían tantas horas antes de que quienes debieron escucharnos hicieran inmediatamente lo que tenían que hacer. Me disculpo ante ti Tierra. Si, ellos son seres humanos como yo. Pero como comprendí dolorosamente no quienes están en el poder, que es para poder hacer, tienen la vocación. Y estar en esos lugares es para gente que tenga la pasión y así en segundos hacer las llamadas precisas que hoy no te hubieran matado.





No. Te han mentido. A ti no te mato un globo. Un globo que elevaron unos seres humanos en un acto inconsciente e irresponsable iniciaron el fuego. El se alimentó de ti. Pero a ti te mató la negligencia. Te mató la inconsciencia. Te mató la ineficiencia. Te mató la indolencia, la indiferencia, la ineptitud y la mentira. Todos ellas juntas te tomaron y son las responsables de que ya no estés vivo. Te mató un sistema. Uno que es un misterio. Un sistema con el que mi especie se excusa ante todo. Yo no lo he visto. No lo he podido encontrar. Pero cuando lo encuentre le hablaré de ti. Los seres humanos de esos que no quiero ser ni seré ni será mi descendencia, se esconde tras de ti sistema. Pero no hay a donde ir. No tienes escapatoria. No eres nada sino nuestra mera y pura creación y un día desaparecerás tras el viento. Te caerás donde quiera que estés y entonces nuestros seres humanos se liberarán de ti y seremos capaces otra vez de hacer lo correcto sin necesidad primero de llenar cuadros y formatos, no seremos números ni estadísticas, porque mientras lo hacemos se queman nuestros bosques, se muere nuestra gente, se desgasta nuestra propia especie en vueltas y papeleo. En burocracia. Y no en eficacia.





Cantan las aves de mi bosque. Me llaman. Tomo mi café y saldré a saludarte bosque y llorarás conmigo. Sé que lo harás. Porque te conozco y sé que las raíces de tus arboles sienten internamente el calor de tus amigos que murieron. Y entonces meteré mis manos en ti Tierra y le mandaré a ese capote el frío que siento, el agua que soy, el amor que me das. Ya veo el azul en mi cielo. Ya nos acercamos nuevamente a ti Sol. Nos hemos dado una vuelta a nosotros mismos y lentamente te la damos a ti. Haznos pasito hoy. Sal con cuidadito de que allí cerca un bosque amado arde en llamas. Ve y calienta otro lugar por hoy y llama a la lluvia. Ve rápido que este fuego no da espera. Y llama a todos los que puedas. A todos los que sepan apagar fuegos. A todos los seres que conozcas. Y diles que esto una emergencia y no una fiesta. Que hagan lo suyo. Y que lo hagan pronto. Que hagan algo porque cientos de hombres, de esos que quedan poco, valientes y héroes necesitan de la ayuda de los dioses.





A dónde estarás hoy. Yo sé que yo estaré en ti bosque. Y te veré en mis sueños pronto otra vez. Sé que ya haces parte del cosmos. De ese de donde venimos todos. O sea que al fin al cabo todos morimos contigo durante cinco días. Porque somos parte de ti. Y a ti volveremos.





A dónde estarás bosque…si ves a mi padre y a los seres amados que ya tampoco veo diles que vengan a ayudarnos. Dile. Diles. Ah no, no le digas a mi padre, él está abrazándome y me seca las lágrimas. Lo hace fuerte. Olvídalo.



Like this story?
Join World Pulse now to read more inspiring stories and connect with women speaking out across the globe!
Leave a supportive comment to encourage this author
Tell your own story
Explore more stories on topics you care about