"NIÑOS INVISIBLES, NIÑOS DE PAPEL".



Un niño invisible tirado en una céntrica calle de Cartagena... me detuve y miré una y otra vez a lado y lado de la calle, observé a la gente pasar a su lado sin mirarlo, y me pregunté extrañada la causa del hecho.



Con el tiempo preciso para llegar a la Audiencia en un Juzgado Laboral, pasé lentamente junto al chiquillo y seguí dubitativamente mi camino hacia la cita del día. Asistí a la audiencia con mi corazón prendido en esa imagen desoladora y al salir lo busqué, observé el entorno y vi cómo a su alrededor todo transcurría normalmente como si fuese un espejismo, como si este niño fuese invisible... segui mi camino al trabajo con lentitud y giré mi cabeza una y otra vez para observar la imagen desde lejos, para cerciorarme de lo que estaba viendo.



...-Un niño tirado en un andén-, diría esa noche al llegar a casa, relatando la escena ...-¿ por qué nadie hace nada? ... Sentados alrededor de la cena, de cara al mar, mi esposo y mi hijita me escucharon asombrados...



-¿Y si me acerco y le pregunto qué sucede? - ...tal vez si echo unas galletitas en mi bolso y se las doy-...



Así encontré otra mañana, casi enfrente a la entrada principal de los Juzgados, tirado en medio del andén... a un niño de unos diez o doce años. Dormía a pierna suelta, acostado de espaldas, de cara al sol. Me le acerqué, me incliné a su lado y puse el paquete de galletas en su mano, mientras le susurré al oido: -¿quieres unas galleticas? ... el chiquillo permaneció con los ojos cerrados, pero las apretó entre su puño... caminé unos pasos hacia adelante y me volví a mirarlo. El chico acercó la mano a su rostro, volteó vivamente su carita y se encontró con mis ojos, le sonreí y le guiñé un ojo... retornó a su posición y se comió la galleta... una ráfaga de alegría me invadió.



Pero ...-¿qué quiere decir un niño al tirarse en medio de una céntrica calle de la ciudad, a medio camino entre la Gobernación y los Juzgados? ¿No es como un tácito grito de ayuda, una manera silenciosa de pedir auxilio, de decir:-¡véanme!... ¡aquí estoy! ...? ...Bien podría dormir apaciblemente bajo la sombra de un árbol en uno de los parques cercanos o sobre la misma arena blanca que bordea el mar a escasos metros.



Por una colega abogada, supe que estos niños maltratados o abusados tienen una baja autoestima y algunos se drogan aspirando un “pegante”. Comprendí la importancia de levantarlos del piso y empecé a acercármeles y a despertarlos: -¿quieres un pan, un juguito?, una avena... y me hice amiga de varios de ellos quienes al verme se acercaban a saludar.. a veces yo les preguntaba: -“¿Dónde está tu mamá?” Sin lograr su respuesta.



Así conocí a un niño muy pequeño y alegre a quien un día expresé que si quería ser un hombre grande debería alimentarse bien y no probar ese pegante porque se quedaba pequeño ... caminando llegamos hacia la puerta de la Institución en donde yo trabajaba... era una hermosísima casa ubicada en la zona antigua de la ciudad, de techos altos y buganvilias en el balcón. Lo presenté al celador y le dije:



“-Cuando este niño pregunte por mí, por favor, déjelo entrar”...



Subí con el chiquillo hacia mi oficina, por sus hermosas escaleras de piedra y cruzamos el balcón desde donde me maravillaba siempre al ver el hermoso jardín interior con un árbol exhuberante que se erguía contra los muros antiguos hacia un cielo sin fin. Al despedirme, me salió del corazón decirle :-



-“Si te ofrecen ese pegante, no lo aceptes, acuérdate de mi, yo quiero que crezcas bien”-....



Días después, el niño me buscó y aferrándose a mi me dijo:



“-Mira que el otro día me ofrecieron pegante y no lo quise recibir porque me acordé de ti.”



Me estremecí y sentí deseos de llorar...



Conocí organizaciones no gubernamentales que los recogen y les ofrecen albergue pero muchas veces reinciden y vuelven a la calle. -“Podremos levantar muchos niños, pero por uno que salvemos simultáneamente estarán cayendo diez más”- dijo alguien.



Encontré otro día a un joven adolescente, quien dormía sobre el andén bajo el portal de un almacén. Su rostro claro y sus cabellos rubios me recordaron a los niños de mi tierra caldense, siempre limpios, aun los más pobres, amables, gentiles y de educadas maneras. Parecía un buen hijo de familia.



...-¿ Qué haces aquí tirado en la calle? - Le pregunté...-¿ Por qué estás durmiendo en la calle? -



El chico me contestó que había peleado con el marido de su mamá y había llegado en un camión a Cartagena con algún amigo que lo habia invitado. -“¿Cómo te puedo ayudar? -¿ Quieres que llame a tu mamá?” -... El niño me respondió con evasivas y finalmente le indiqué donde me podría encontrar si quería ayuda.



Así empecé a verlo diariamente, le ofrecía un desayuno o un almuerzo según la hora, y observé que en los restaurantes y tiendas si le brindaban comida, pues las gentes de Cartagena son solidarias y muy familiares. -“¿Qué te parece si vamos a una Fundación que ayuda a niños y jovenes como tú? - allí puedes tener albergue y comida”... - “No, porque eso es muy aburrido”,- me respondió,- allí hay que acostarse a las 6 de la tarde.”-... frente a la variada vida de la calle, la opción de verse encerrados en una Institución no siempre capta el interés de estos niños.



... -“Y si llamamos a tu mamá? Por qué no me das su teléfono?”...Por fin ...un día lo convencí y desde una tienda cercana la llamé:



-Estoy llamando de Cartagena... estoy con su hijo... quien está en la calle, el muchacho duerme tirado en la calle-...



La mujer me respondió pesarosa que no era la primera vez, que su marido había sido bueno con el, que lo habían buscado por todas partes, que no sabían qué mas hacer...



-Señora, este muchacho necesita ayuda... por favor, hable con él...



Hubo una pausa al otro lado de la línea y la señora aceptó. Su voz era suave y compungida. Corrí a llamar al muchacho.




  • Ven... que tu mamá quiere hablar contigo-... le dije rápidamente.



    Lo escuché saludarla respetuosamente.
    Le di mi teléfono y acordamos que hablaría con su marido y me llamarían.




Al poco tiempo terminó mi contrato de trabajo y decidí regresar a casa. Sentí que no podía dejar al muchacho. Desandé las calles buscándolo y lo encontré con heridas en sus piernas, rodillas, su ropa deshilachada, ya muy deteriorado.



-Tengo que irme de Cartagena, le dije, - quisiera ayudarte antes de irme. Quiero presentarte a una amiga a quien puedes acudir si necesitas ayuda...-. de repente le pregunté




  • ¿Estarías dispuesto a irte hoy mismo para tu casa?-



Para mi sorpresa aceptó. Entramos a la oficina de mi amiga, amable cartagenera, quien alguna vez me había dicho que sabía que me interesaba por los niños de la calle y compartía conmigo el mismo interés. Ella lloró al ver al chico , ¡con tanto amor y compasión! ...y... me di cuenta de qué manera podemos las mujeres unirnos por una causa común. Emprendimos una maratónica jornada de solidaridad por el muchacho y todos, empleadas y funcionarios aportaron para esta causa; en la hermosa fuente del patio, bajo la cálida sombra del frondoso árbol, nos congregamos ... todos ayudaban, le trajeron ropa, una camisa, un pantalón, unas medias, .. . comida para su viaje, un compañero abogado, Enrique, se quitó sus zapatos buenos y se los regaló... y en pocos minutos este chico estaba bañado, arreglado y listo para emprender el camino de regreso a su hogar.



Con mi esposo y mi hija lo despedimos con un beso y un abrazo y mil recomendaciones para el camino, agitamos nuestras manos en señal de adiós hasta que se perdió en el horizonte. Le avisé a su mamá y luego confirmé su llegada a casa.



Dos días después regresé a casa de mis padres y al relatarles esta historia, mi madre se conmovió profundamente...recuerdo de qué manera, antes de irse a dormir, se detuvo en la puerta de mi alcoba y me dijo: -deberías escribir esta historia-... Al hacerlo hoy, me doy cuenta cuán intensamente guardo este recuerdo en mi corazón y revive mi deseo de ayudar a estos pequeños habitantes de la calle, niños invisibles, niños de papel...



... “Hay niños que al igual que el papel son tirados a la basura. Aparecen quienes los recogen y los convierten en folios de primera calidad. Ese es el rol que desarrolla en Colombia la Fundación Niños de Papel ”.



....Conocí a esta organización no gubernamental en Cartagena y llevé allí al pequeño niño del pegante y luego lo vi en un periódico local, bañándose en la piscina de una granja rural de esa Fundación...



En su página web, la Fundación Niños de Papel se refiere a los cambios generados por el trabajo de la mujer, por lo cual la solidez del núcleo familiar se ha desmoronado y los más perjudicados son los niños de estratos bajos, donde las madres que salen a trabajar dejan a sus hijos solos expuestos a la maldad del mundo. “Es allí donde se ven los abusos infantiles, el maltrato infantil es más notable, donde el niño tiene que salir a buscar su comida y la de su familia, donde la calle se convierte en el mejor escenario de vida, las niñas llegan más fácil a la prostitución infantil, entran a la delincuencia común o se vinculan al conflicto armado y es el camino más fácil para el uso y abuso de drogas.”



Nuestro Código de Infancia y Adolescencia, o Ley 1098 del 2006, regula todo lo referente a la defensa de los derechos de los menores, la prevención y sanción de los delitos contra esa población, dispone la prevalencia de los derechos de los menores y establece mecanismos especiales para la protección de los derechos del menor de la calle, como sujeto de la especial atención del Estado.



Sin embargo, es alarmante el incremento de delitos contra la infancia. Según UNICEF, en Colombia hay 35.000 niñas y niños vinculados a la explotación sexual, cifra que se ha triplicado en los últimos tres años. Asímismo aumenta la demanda de turismo sexual por parte de extranjeros y... ¡crece la prostitución infantil!



La semana pasada, el Presidente Alvaro Uribe Vélez firmó y envió a la Corte Constitucional para su revisión, el texto del REFERENDO promovido por iniciativa popular, el cual propone la modificación del artículo 34 de nuestra Constitución Nacional para endurecer las penas contra violadores, explotadores, secuestradores de menores de edad, al establecer la cadena perpetua como castigo para este tipo de delitos. Este Referendo se votará en noviembre de 2009 y según su ponente en la Cámara de Representantes, David Luna, “esta herramienta propiciará que el Estado vuelque sus ojos hacia las víctimas que son los niños, quienes merecen una atención extraordinaria para poder recuperar sus vidas.”



Pero.... ¿Cómo ayudar, además, a esa mujer que para escapar de la pobreza tiene que dejar a sus hijos para salir a trabajar? ¡He ahí nuestro reto! Busquemos medidas que apoyen a la Mujer, le ofrezcan alternativas de trabajo flexible, creemos redes de apoyo al núcleo familiar y luchemos unidos contra esta peste actual, esa especie de esclavitud moderna, que está matando el alma y la inocencia de nuestros pueblos.



See English version of this article here.



This article is part of a writing assignment for Voices of Our Future, which is providing rigorous web 2.0 and new media training for 31 emerging women leaders. We are speaking out for social change from some of the most forgotten corners of the world. Meet Us.

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